1. Comience a caramelizar los duraznos. Pelarlos y cortarlos en trozos pequeños. Derrita la mantequilla en una sartén grande y agregue los duraznos, el azúcar moreno y la canela. Revuelva ocasionalmente y deje que los duraznos se cocinen. Se volverá un poco burbujeante y comenzará a espesarse, alrededor de 8-10 minutos.
2. Retire del fuego, vierta en un recipiente de vidrio, déjelo reposar a temperatura ambiente para que se enfríe y luego guárdelo en el refrigerador. Asegúrese de que esté completamente frío antes de agregarlo a la base del helado. Al mismo tiempo, coloque un recipiente grande de vidrio o metal en el congelador para preparar la crema espesa.
3. Coloque las galletas Graham en una bolsa de plástico y comience a romperlas. Estás buscando una consistencia gruesa similar a la arena. Dejar de lado.
4. En un tazón grande, mezcle el queso crema y la leche condensada azucarada con una batidora manual o de pie. Una vez suave, mezcle la vainilla. Dejar de lado.
5. Una vez enfriado, saque el recipiente del congelador y vierta la crema batida espesa. Con una batidora manual o de pie, bata la crema hasta que forme picos suaves. Agregue un par de cucharadas de la mezcla de queso crema a la crema batida y mezcle hasta que esté casi combinado. Agregue el resto de la mezcla de queso crema y doble hasta que esté completamente combinado.
6. Puede usar un molde para pan de 9 × 5 pulgadas como lo hice yo o lo que tenga a mano. Solo asegúrate de no usar una sartén que sea ancha y poco profunda. Extienda 1/3 de la mezcla en el fondo de la sartén y desmenuce algunas galletas graham encima. Saque unas cuantas cucharadas de duraznos fríos y use un palillo para revolver todo junto. Repite esto tres veces hasta que te quedes sin helado.
7. Cubra con papel de aluminio o envoltura de plástico y colóquelo en el congelador para que cuaje. Antes de comer, déjelo reposar durante unos 15 minutos para que se ablande. ¡Entonces sumérgete!
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