El marketing del ciclo de vida funciona para guiar a los clientes potenciales a través de hitos identificados en el embudo de ventas o en la relación de marca. Esta forma de marketing está destinada a adaptar los mensajes según la etapa del cliente. Las etapas de marketing pueden incluir al "miembro" como alguien que se suscribe a una lista de boletines; un "cliente de una sola compra", que realiza una compra y es posible que no regrese; un "cliente activo", que realiza compras repetidas, un "cliente en riesgo", cuyo ciclo de compra repetida comienza a ralentizarse; o un "cliente perdido", que ya no compra. Cada paso de este ciclo de vida requiere un mensaje diferente para mantener al cliente comprometido y evitar perderlo.